En el año Darwin (200 de su nacimiento y 150 del origen de las especies), podemos hacer un hueco al Beagle. Navío en el que viajó el naturalista bajo las órdenes del capitán FitzRoy, entre 1831 y 1836.
A los 22 años, tras graduarse, recomendado por el botánico John S. Henslow, fue aceptado como naturalista en aquella expedición científica alrededor del mundo. Duró cinco años, pero sus observaciones, datos y vivencias fueron clave en los argumentos sobre la selección natural como motor de la evolución. De aquella travesía nos queda su Voyage of the Beagle publicado en 1839.
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