miércoles, 4 de marzo de 2009

Anclados

Cerca del Castillo de Proa, en la réplica de la nao Victoria que Elcano trajo de vuelta del mundo, los ingenieros del XXI han situado un voluminoso cabrestante. La proximidad al ancla hace pensar que puede emplearse para recogerla. No es así. El contramaestre que guía al visitante señala que no es útil para ese efecto, tampoco para izar la mayor. No parece tener sentido alguno. Como de esa nave no se conserva plano original, la reconstrucción se ha basado en otras fuentes. Tampoco existe un tratado sobre las maniobras de fondeo ni sobre tipo alguno de operación en aquellos barcos. Por las crónicas se sabe que la nave llegaba a fondear hasta cinco veces al día. Es posible opinan los marineros que alguna de las vergas del palo de trinquete sirviera como apoyo de algún sistema de poleas ingeniado para ello. Parece que los asuntos de marinería entonces se mantenían, con total cordura, dentro de cierta prudencia, discreción y distancia que convendría no perder.

No hay comentarios: