Copa Laser de Andalucía

Es posible que este fin de semana se den cita más de un centenar de embarcaciones en las aguas de Benalmádena. Una de las flotas más numerosas de Andalucía. Entre ellos una parte de los mejores regatistas a nivel nacional de la clase Laser. Si el tiempo acompaña, frente a sus playas será posible disfrutar durante un par de jornadas. Puede parecer complejo seguir este tipo de pruebas desde tierra, pero no es así. En cada manga se producen tres salidas, una para la categoría olímpica individual masculina; la menos numerosa; otra para la radial -olímpica femenina-, algo más numerosa; y la última para la 4.7 la más competida. La impresión inmediata es un destello de velas navegando en torno a cuatro boyas que delimitan el campo de regatas. Desde el punto de partida zigzaguean con pereza enfrentados en ceñida contra el viento hasta la primera, y de ahí virando a favor, se lanzan impulsados hacia las más veloces en través, a lo largo, escorando barco y tripulante para sacarle energía al viento y aprovechar el impulso del oleaje. Como no hay cadena que retransmita ni agente que patrocine, estas ideas pueden servir para disfrutar de la evolución de barco, tripulante y flota andaluza en esta importante cita para el calendario náutico de Benalmádena.

VII Semana Náutica

La VII Semana Náutica de la Costa del Sol en Benalmádena abrió el Campeonato de Andalucía de Cruceros. Hasta doscientos regatistas compitieron en treinta embarcaciones. De ellas, el Ciudad de Ceuta, de Nacho Tendero y Nicola Cecchi, defensor del título, fue el encargado de estrenar el marcador después de una intensa regata. Alrededor de las 14.00 horas se dio la salida a la última prueba, con vientos de entre 16 y 18 nudos, con rachas de 30 a 32. En la clase 4, Kromi, Bilitis y Aju III  competían por los primeros puestos, mientras que en la 3 el Ciudad de Ceuta mantuvo la distancia seguido muy cerca del Oceanteach. En la clase 2, el Uxama cogía la delantera al Icue II y en la clase 1, Cantabria Infinita quería complicarle el triunfo final a Rebalaje. Finalmente, se impusieron en la regata del domingo las embarcaciones Cantabria Infinita, Uxama, Ciudad de Ceuta y Bilitis.

CLASIFICACIONES

Clase 1

1.º 'Rebalaje' (Mateo Pérez).

2.º 'Cantabria Infinita' (Toño Gorostegui).

3.º 'Barla' (Mikel Emaldi).

Clase 2

1.º 'Icue II' (de Ernesto Vera).

2.º 'Uxama' (Pablo Valenzuela).

3.º 'Yandará' (Fco. Domenech).

Clase 3

1.º 'Ciudad de Ceuta', (S. Llorca).

2.º 'Oceanteach' (Ángeles Morales).

3.º 'Vikingo' (Enrique González).

Clase 4

1.º 'Kromi' (José María Bajos).

2.º 'Bilitis' (Javier Morcillo).

3.º 'Aju III' (Michael Bannister).

La próxima prueba del Campeonato sera la XXXI Regata Colombina que organiza el RCMT Punta Umbría los días 25 y 25 de Julio (Información FAV). 

Sextante

Su nombre proviene de su escala de medida. Un ángulo de 60 grados; la sexta parte de un círculo completo. Aunque cada vez se emplea menos, una de las prácticas básica de nuestra formación consistió en realizar mediciones con un sextante. Desde una de las terrazas del edificio de la Facultad de Física enfilábamos el horizonte y desde ahí cazamos el sol para trasladarlo hasta la primera medida y comprobar la altura a partir del ángulo. Conociendo esta medida y la hora del día es posible determinar la latitud a la que se encuentra el observador. Lo cierto es que no basta con poseer el conocimiento técnico, las bases científicas de su funcionamiento y aplicación a la navegación. Además, hay que tener la pericia suficiente para manejarlo con soltura.

Para su aplicación práctica el enlace de la imagen es bastante claro.

VII Semana Náutica de la Costa del Sol

Un año más, el Puerto y el Club Náutico de Benalmádena organizan entre los días 9, 10, y 11 de abril esta brillante regata. La Real Federación Española de Vela ha decidido considerarla valedera para el Campeonato de España de cruceros y el Campeonato de Andalucía de Cruceros, lo que añade importancia y dota al evento de un prestigio claro para la localidad. Suerte a todos.

Aquella Semana Náutica

Es difícil que volvamos a encontrar la mar que el pasado año hizo volver a puerto a buena parte de la flota en la última jornada. Me enrolaron en uno de los cruceros que intentó salir al inestable y borroso campo de regatas. El profundo seno de la ola formada en el extremo del espigón desfondaba la salida e impedía a los TP52 jugarse la quilla en la bocana. El resto de la flota lo intentó. Un par de Protos salieron y en la primera popa lanzaron su espi en medio del vendaval. Uno de ellos rompió y volcó y acabó con parte de la tripulación en el agua. Se adrizó y regresó a puerto con los restos maltrechos de la vela ondeando en medio del campo. Los que volvimos por decisión sensata del armador no tardamos en correr a situamos en la terraza del Náutico, junto al mástil de señales. El espectáculo estaba asegurado. La ola más deseada para navegarla sobre una tabla y el viento para apoyarse en cometa o vela hacían intuir un espectáculo en la entrada a puerto. Las peores condiciones para los barcos pondrían a prueba a todas las tripulaciones. Aquellos navegantes azotados por la gris ventisca de la tarde iban a desplegar un baile de planeos en la llegada. Por medio, toda suerte de maniobras y acrobacias de alta escuela para acabar dentro del remanso del puerto. De aquella tarde es seguro que quedan imágenes, aunque esa jornada se mantendrá en nuestras retinas mucho tiempo demostrando que esto de las regatas de crucero va un poco más allá de la sosegada y estelar imagen que en forma de engaño reflejan en los muelles.

Colinas plateadas

En la puerta de la Ermita de San Baudelio, en medio de las tierras de Soria, recuerdo ahora los versos de Machado en boca del que había sido mi maestro en Salamanca. ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas! El visitante, perplejo en su sorpresa, las recoge para fijar a la memoria lo que entonces percibió. Mucho antes, los del noventa y ocho rozaban la perfección al describirla. Pero lo más sorprendente se encontraba en el interior de aquel monótono edificio. Plantada en medio de la nave aparece una gruesa columna que se alza hacia el techo salpicada de pequeños puntos borrosos. En su parte superior nacen ocho arcos de medio punto desplegados de manera simétrica a modo de rosa de los vientos. La inusual y apenas visible decoración que aún mantienen no sirve para alejar la imagen de un árbol milenario que cual palmera en medio del oasis cubre al visitante de sorpresa.


El viajero percibe que sobre ella se abre un nuevo espacio a modo de linterna de leves arcadas entre las que parece desprenderse algún reflejo. Ya en el suelo, al fondo, un conjunto de pequeñas columnatas remeda la idea de una Mezquita, y sobre ella un Coro al que se accede por una estrecha escalera plantada en el lateral. Y todo esto existe desde el primer milenio. Y también una covachuela donde se refugiaba algún eremita y en la que aún permanece vivo su manantial. Más tarde, al recorrer aquellos lares aparecen Iglesias semiderruidas con ábsides impolutos, generadores eólicos plantados junto a atalayas islámicas, fortalezas fronterizas, buitres en las roquedas, cañadas de trashumancia, pueblos semidesiertos y amurallados, escudos señoriales borrados, símbolos en dinteles de conversos, judíos, mozárabes y cristianos eran aún sus señas de identidad. Era parte de la Soria pura cabeza de Extremadura que nunca atinó a comprender. Una más de tantas extremaduras, que como advertía nuestro guía pueblan la península.