martes, 19 de enero de 2010

Viscosidad (1)

En los líquidos en movimiento existe un pequeño rozamiento entre láminas adyacentes. Esto se denomina viscosidad. Es su magnitud la que le confiere al fluido parte de sus características. De ese modo, si desplazamos sobre una superficie pulida un objeto plano y entre ambos ponemos una capa de agua, a pesar de la poca fuerza que apliquemos, el objeto literalmente "vuela". Si por el contrario ponemos una capa de miel líquida entre ambas superficies, el objeto tardará en moverse y para ello deberemos aplicar una fuerza paralela a la viscosidad en este caso, de la miel.



Se cumple por tanto el principio de que mide la viscosidad en relación a la oposición de un fluido a las deformaciones tangenciales. Pero esto supone que alguna de las capas inferiores no se moverán o lo harán más lentamente que las que se encuentra próximas a la superficie del objeto plano que desplazamos ya que son arrastradas por efecto de la pequeña resistencia tangencial. Los fluidos de alta viscosidad presentan una cierta resistencia a fluir; los fluidos de baja viscosidad fluyen con facilidad. La fuerza con la que una capa de fluido en movimiento arrastra consigo a las capas adyacentes de fluido determina su viscosidad.

Estos conceptos son parte de los que se manejan al decidir entre el una superficie prefectamente lisa capaz de favorecer la creación de una capa límite que facilite el desplazamiento del resto dentro de un régimen de flujo laminar que disminuya el arrastre. Pero esta es sólo una parte del problema. Si sobre esa superficie creamos huecos o microespacios capaces de atrapar partículas de aire que no se desprendan al fluir sobre ellas el agua, estamos construyendo una capa límite de un fluido de muy baja viscosidad sobre la que se desplazan capas de partículas con una baja resistencia al movimiento. Este es uno de los principios de la estructura de los tejidos que componen los bañadores que arrasaron en el pasado mundial de natación, y que en algún momento de la Copa América fue aplicado en láminas a una parte del casco de uno de los barcos en competición.

RM/10

Aquí os pongo una entrada del impagable blog de Iago Carballo donde analiza con bastante precisión parte de este tema: Lijando la obra viva del Laser

1 comentario:

laserista torpe dijo...

Jopé, menudo piropo, gracias!.

Buen post!